Presión a la uniformidad

Uno de los momentos en los que más noto la presión social a la uniformidad,es precisamente ahora, en la Navidad. Se espera de nosotros que felicitemos,que estemos felices y sonrientes,que nos reunamos la familia unidos y felices…y como hagas algo diferente o la situación sea difícil: pobrecit@,¿cenais vosotros sol@s?¿cómo la vais a celebrar?¿y luego?…

Mira de verdad,ya vale.Se ha montado una parafernalia en torno a esta festividad que parece que hay que seguir ese protocolo: decorar,felicitar,juntarse y regalar y todo mostrando sonrisa y alegría.Parece que es lo que se espera de todos nosotros,con lo que se deja muy poco espacio a las personas que deseen celebrar de otro modo o no deseen celebrar nada. Parece que tenemos que derrochar,y derrochar en diferentes sentidos y,además mostrarlo porque es lo que hay que hacer;de esa manera se ha normalizado y generalizado un comportamiento que deja fuera otra manera de sentir y/o disfrutar.

A veces solo apetece descansar,recogerse, pensar,mudar la piel,abrazar… y si te nace compartir: estupendo pero si necesitas espacio,también es estupendo. No tenemos que hacer tod@s lo mismo ni sentir igual y está perfecto.

Deja un comentario